El Proyecto Marista

El proyecto marista nació como iniciativa de un grupo de jóvenes sacerdotes y seminaristas del Seminario de Lyon, impactados por el momento histórico crítico que vivieron; eran herederos de la revolución francesa cuyas consecuencias padecieron y que entonces les afectaba como sacerdotes o futuros sacerdotes, responsables de la situación de la Iglesia y del destino de la fe cristiana en un mundo adverso, crecientemente incrédulo, indiferente y cada vez más ignorante de la religión, incluso en las clases más cultivadas e intelectuales; por otra parte, diversas circunstancias los habían llevado al convencimiento del importante papel que la figura de María estaba llamada a jugar en el presente y en el futuro de la Iglesia y del mundo.

El P. Juan Claudio Colín se unió, desde el primer momento, a la idea de una familia que viviera el espíritu de María; con el gozo y la ilusión de quien había encontrado, por fin, lo que desde hacía mucho tiempo era un sueño acariciado; estaba convencido de que, oculto en el grupo, podría pasar desapercibido y sin protagonismo persona. Sin embargo las circunstancias acabaron colocándolo a la cabeza del grupo que lo consideró como el verdadero fundador.

El P. Juan Claudio Colín aglutinó, dio cuerpo al grupo y lo dotó de un espíritu que lleva la impronta de su personalidad humana y espiritual. Colín es el testigo, el maestro y el guía espiritual de la Obra de María y de cada uno de los Maristas.

El origen colectivo del proyecto marista no fue suprimido por la personalidad recia de su fundador. El sentido colegial de las decisiones en el seno de las comunidades maristas y de la sociedad entera lo fomentó el padre Colín, sin quererse apoderar de la misma. Este mismo sentido colegial, participativo y democrático continúa animando la Obra de María que el P. Juan Claudio Colín y el primer grupo de Maristas hicieron existir.

Por otra parte, en la Sociedad de María, en la Obra de María, el protagonismo corresponde a la Santísima Virgen; ”Ella lo ha hecho todo” “Ella es la única fundadora”. Juan Claudio Colín fue un hombre de María. Su proyecto bien puede nombrarse como el "proyecto María". Pocos seguidores de Jesús han ocultado y borrado su personalidad tras el rostro de la Madre de Jesús como él; y pocos fundadores han pedido a sus seguidores una identificación mayor con María que el P. Colín.

“La Santísima Virgen es la fundadora, la que lo ha hecho todo. Recordemos que la hemos reconocido, como en realidad es, nuestra auténtica y única fundadora y que la hemos escogido como primera y perpetua superiora... Ella, señores, va al frente de la barca que conduce a todos los hijos al puerto". P. Juan Claudio Colín

Al término de su vida el mismo P. Colín resumía su existencia en este mundo de este modo: "Desconocido antes, desconocido después: he aquí mí historia".